¿Qué es Defi o Decentralized Finance?

Introducción
El término DeFi funciona como abreviatura de Decentralized Finance -es decir, Finanzas Descentralizadas. Se trata de un concepto de nuevo cuño que se emplea para referirse a un movimiento originado en el seno de la comunidad Ethereum, que pretende, mediante el uso de la tecnología blockchain, transformar los productos financieros tradicionales en protocolos transparentes, resistentes a la censura, accesibles globalmente y libres de intermediarios.
Podemos imaginarnos el movimiento DeFi como un ecosistema financiero abierto, que permite a cualquiera crear sus propios instrumentos y servicios de una manera descentralizada. Al tratarse de aplicaciones de código abierto programadas sobre una blockchain pública, pueden ser combinadas, adaptadas e integradas de acuerdo a necesidades específicas, de manera ágil y sencilla -por ello a menudo se usa la analogía de las piezas de un "lego monetario".
Los componentes principales del ecosistema DeFi son:
Activos digitales: tokens nativos de protocolos, tokens que representan una participación en un pool de liquidez, tokens no fungibles que representan activos del mundo real -por ejemplo participaciones en una propiedad inmobiliaria.
Smart contracts: programas informáticos autónomos que ejecutan de forma automática las cláusulas de un contrato, entre una o más partes, en el caso de que se produzcan una serie de condiciones establecidas de antemano.
Protocolos y aplicaciones descentralizadas (Dapps): podemos imaginárnoslo como un conjunto de piezas de software financiero, programadas mediante los smart contracts de una blockchain -principalmente de Ethereum, aunque no de forma exclusiva-, que pueden ser combinados entre sí para crear productos y aplicaciones más complejos.
Historia del DeFi
A lo largo de los últimos siglos, las estructuras monetarias y financieras sobre las que descansan nuestras sociedades, han evolucionado hacia modelos en los que la confianza ciega en terceros ocupa un lugar cada vez más destacado. Los ciudadanos confían en que su gobierno no imprimirá más billetes de la cuenta y desatará una crisis inflacionaria -reduciendo el valor de sus ahorros-, confían en la responsabilidad de los bancos a la hora de custodiar sus fondos -a menudo acumulados después de toda una vida de arduo trabajo-, y también confían, en el caso de decidir hacerlos crecer, en el criterio de asesores financieros profesionales.
Como vemos, en todo momento estamos cediendo el control de nuestro dinero a terceros que se dedican a gestionar la oferta circulante existente, que lo custodian, o que lo invierten en nuestro nombre para así generarnos un retorno -y, al mismo tiempo, ganarse una buena comisión.
Desgraciadamente, hemos visto como a menudo la confianza que las sociedades depositan en estas instituciones financieras se ve traicionada: sólo hay que fijarse en lo que ocurrió en 2008 con la crisis de las subprime y la alocada emisión monetaria que siguió -el ya famoso Quantitative Easing. El resultado es que solamente una fracción de los retornos generados por los riesgos asumidos por los principales actores del sistema financiero internacional, retornan como beneficio al ciudadano de a pie -mientras que a menudo, como ocurrió en el marco de la Gran Recesión de 2008, sí se socializan las pérdidas derivadas del colapso de los mercados, de una forma injustamente equitativa.
Bitcoin y el resto de criptomonedas de esta primera hornada -con una masa monetaria escasa y limitada- ofrecerían a los usuarios la posibilidad de disponer de una especie de "cuenta bancaria" totalmente controlada por ellos, así como un sistema de transferencia de valor peer-to-peer, resistente a la censura, "trustless" -no requiere confiar en intermediarios- y de alcance global. Las criptomonedas representarían la descentralización de la emisión y custodia del dinero. La analogía de la "cuenta bancaria" sin autoridad central, debe entenderse en el sentido de que los usuarios tendrán un control absoluto sobre sus propios activos.
La idea de reproducir los instrumentos financieros tradicionales mediante el empleo de la tecnología blockchain, sería el siguiente paso en este proceso de transformación -descentralización- del sistema financiero internacional. Su gran revulsivo sería el lanzamiento de Ethereum -la primera plataforma de smart contracts- en julio de 2015.
Ethereum maximizaría el potencial del blockchain para la industria financiera. La enorme flexibilidad -desde el punto de vista de la programabilidad- de las plataformas de smart contracts, sería clave para el lanzamiento de los proyectos -protocolos- que constituirían el germen de un ecosistema financiero descentralizado. La arquitectura de Ethereum no sólo facilitaría la programación de dichos protocolos, sino también la recaudación de fondos para su desarrollo, a través de las célebres ICOs.
Así, el ecosistema DeFi no es sino un paso más en el camino hacia la construcción de un nuevo sistema financiero paralelo, abierto a todo el mundo, y que se propone minimizar la intervención de intermediarios o la confianza en autoridades centrales -de ahí el concepto “trustless” que anteriormente hemos introducido. Los protocols de tipo DeFi permiten a los usuarios acceder, sin ningún tipo de restricción, a aplicaciones de crédito abierto, plataformas de inversión y emisión de tokens -ICOs-, mercados predictivos, exchanges descentralizados y stablecoins -tokens que anclan su valor al de alguna divisa del mundo real, como por ejemplo el USD$.
Obviamente, esta primera generación de aplicaciones DeFi presentaría algunas limitaciones: sobre todo, complejidades desde el punto de vista UX para el usuario, así como la necesidad de apoyarse en requisitos de colateral como salvaguarda. Esto significa que el usuario, por un lado, deberá tener cierto conocimiento sobre el funcionamiento de la red Ethereum -por ejemplo la necesidad de pagar Gas en ETH por cada transacción-; y por el otro que deberá disponerse de cripto de antemano para así poder cumplir con los requisitos de colateral que algunas aplicaciones de DeFi plantean -por ejemplo para sacar un préstamo en Compound.
Estos obstáculos no impedirían, sin embargo, que el ecosistema DeFi se convirtiera en uno de los sectores de las cripto de mayor crecimiento -una de las formas de calcular dicho crecimiento, es a través de la cantidad de ETH bloqueada en depósito en alguna de sus aplicaciones. En estos momentos, se calcula que el valor de las criptomonedas depositadas en smart contracts de este tipo asciende a unos 800 millones de dólares.
Para lograr sistemas descentralizados de toma y concesión de préstamos infracolateralizados -es decir, más parecidos a los de la industria tradicional en cuanto a los requisitos de capital- es preciso implementar primero mecanismos de identidad autosoberanos, que preserven la privacidad de cada uno, pero permitan a los usuarios demostrar su solvencia -por ejemplo, a través de nuevas fórmulas de scoring créditicio.
A día de hoy, tenemos monederos como Argent wallet que están tomándose muy en serio los problemas de tipo UX que las actuales aplicaciones DeFi presentan para los usuarios con conocimientos nulos sobre Ethereum. Si la primera generación de Dapps fueron creadas por entusiastas del blockchain para entusiastas del blockchain, Argent, Outlet Finance, Fortmatic, Authereum y Torus -entre otros proyectos- están priorizando la facilidad de uso para lograr que el movimiento DeFi se popularice.
Es probable que en el futuro, los monederos -wallets- se generalicen como puerta de entrada a este nuevo Internet del Valor -de la misma forma que los navegadores lo han sido para la web 2.0. Y que cada usuario utilice un panel de control donde no sólo aparezcan los activos de que dispone, sino las posiciones abiertas con ellos -depósitos en protocolos de lending, pools de liquidez y contrato de tipo póliza de seguro.
Ya estamos viendo como numerosos protocolos intermedios de tipo DEX o stablecoin -como Kyber Network o MakerDAO-, que empezaron con estructuras de trabajo centralizadas, similares a las de las empresas tradicionales, han empezado procesos de descentralización gradual de su gobernanza y toma de decisiones. Debemos tener en cuenta que muchos de estos proyectos DeFi, disponen de "claves maestras" que permiten a los desarrolladores detener el servicio o deshabilitar Dapps. Y es que, a pesar de abogar por una descentralización total de los sistemas financieros, no dejan de ser proyectos altamente experimentales, que hasta que no han sido ampliamente testeados pueden presentar bugs que pongan en riesgo los fondos de los usuarios. Podemos imaginarnos las "claves maestras" como un botón de emergencia que, en un futuro, una vez se haya confirmado la estabilidad del código y la capacidad del protocolo para hacer frente a situaciones de gran estrés, serán destruidas -lo que significará que nadie tendrá la capacidad para intervenir los procesos, y serán ingenios financieros realmente autónomos e incensurables.
Uno de los mecanismos que están explorando las comunidades de tipo DeFi para descentralizar los procesos de gobernanza, permitiendo a los "holders" del token nativo participar en las votaciones en que se decide cualquier cuestión relativa al protocolo, son las DAOs -Organizaciones Descentralizadas Autónomas.
En resumen, nos hallamos ante un periodo ilusionante, fundacional. Las cripto representan la emergencia del concepto de escasez digital y de formas monetarias nativas de Internet. Nunca antes el ser humano se había encontrado ante la posibilidad de utilizar mecanismos de coordinación económica tan eficientes, democráticos y de alcance global. La programabilidad del dinero abre un horizonte de posibilidades insospechadas. Sólo Dios sabe que le deparará el futuro al movimiento DeFi, una vez todos los instrumentos financieros tradicionales hayan sido replicados de un modo u otro en la blockchain de Ethereum, y un solitario programador, desde algún apartado rincón del mundo, dé vida a productos y herramientas hasta ahora inéditos.
Características
La mayoría de protocolos DeFi están alojados en la blockchain de Ethereum, debido a que se trata de la plataforma de smart contracts -la base sobre la que se programa la lógica de estas aplicaciones- más popular.
Ethereum es una red distribuida, basada en tecnología blockchain, que sirve como libro mayor contable para el registro de balances y transacciones de valor digital. Los operadores de la red -nodos- reciben un incentivo económico por su trabajo en forma de token nativo -ether o ETH-, cuya emisión no está controlada por ninguna autoridad central.
Lo interesante de Ethereum como plataforma de smart contracts es su enorme expresividad. Al funcionar como una máquina de Turing completa, Ethereum permite la escritura de programas que admitan operaciones de complejidad lógica completamente arbitraria. Gracias a ello, los desarrolladores pueden crear tokens con distintos tipos de propiedades incorporadas, así como protocolos y Dapps sujetos a contratos o acuerdos autónomos, cuyas cláusulas se ejecutan de forma automática cuando se cumplen una serie de condiciones establecidas de antemano por los participantes. Todo ello sin necesidad de contar con intermediarios o una autoridad central que se encargue de coordinar o arbitrar disputas -el responsable de ello en Ethereum es un mecanismo de consenso tolerante a faltas bizantinas.
Las Finanzas Descentralizadas tienen la oportunidad de transformar las anquilosadas estructuras del sistema financiero tradicional, convirtiéndolo en algo mucho más amable, transparente, accesible y, a la vez, resiliente -gracias a una menor opacidad y el hecho de poder ser auditable en tiempo real.
Cualquier persona con una conexión a Internet, desde cualquier rincón del mundo, puede ser "bancarizada" de forma rápida y gratuita mediante una cuenta en Ethereum. Y una de las ventajas de los protocolos y aplicaciones DeFi, es que se basan en smart contracts de código abierto e interoperables -por lo que el sistema no sólo es ventajoso desde la óptica del usuario, sino también para los emprendedores que quieran poner en marcha nuevos proyectos del ámbito de las finanzas, con muy pocos recursos. Que el código y los depósitos de estos proyectos DeFi sean auditables on-chain en tiempo real, permite a la comunidad identificar qué servicios son legítimos y cuáles pueden presentar una amenaza -así que se trata de escenarios win-win para todos los implicados.
Diferencias entre los protocolos/aplicaciones de tipo DeFi y las finanzas tradicionales
En el mundo financiero tradicional, los servicios y productos son generalmente diseñados y ofrecidos por empresas, y gestionados por sus empleados. En el caso del ecosistema DeFi, por contra, nos encontramos con protocolos autónomos programados mediante código -smart contracts. Una vez se despliega el smart contract en una blockchain, las operaciones financieras que la aplicación ejecuta requiere nula -o muy poca- intervención humana -hemos comentado anteriormente que, a menudo, los desarrolladores mantienen ciertos cortafuegos para poder solucionar problemas relacionados con bugs, o simplemente para actualizar la aplicación hasta que ésta alcance cierto grado de madurez.
La operativa de muchas instituciones financieras es opaca, porque precisamente ahí reside su negocio -en el hecho de no compartir sus estrategias o know how. En el ecosistema DeFi nos encontramos con protocolos y aplicaciones cuyo código es transparente -lo que significa que puede ser auditado en todo momento. Esto genera un nuevo tipo de confianza con la comunidad de usuarios, que además, pueden ser partícipe del éxito económico del producto, al adquirir tokens que representan "participaciones" en el mismo.
Todo el mundo tiene la oportunidad de analizar la funcionalidad de los smart contracts, buscar bugs, estudiar la actividad transaccional -sin que esto afecte a la privacidad de nadie, dada la naturaleza pseudónima de la red Ethereum-, así como convertirse en "pseudoaccionistas" -con derecho a percibir una parte proporcional de las comisiones generadas por la aplicación en función de la cantidad de tokens poseída, y, en ocasiones, a participar en los procesos de toma de decisiones mediante voto.
Mientras el sistema financiero tradicional es de naturaleza eminentemente nacional -los mercados más atractivos se ven encorsetados por regulaciones que, a menudo, limitan el acceso a extranjeros, o incluso discriminan a los nacionales en función de sus ingresos, bajo el argumento que así los protegen-; los protocolos DeFi han sido diseñados para tener un alcance global desde el día de su puesta en marcha. No importa que vivas en Alemania o en Bangladesh, y no existe una categoría de "inversor acreditado". Todo el mundo podrá acceder a los mismos servicios -esto no significa que se trate de aplicaciones ilegales o alegales, técnicamente las regulaciones locales pueden afectar al "front end" de un protocolo -como vimos que ocurrió con Uniswap-, pero en general, la operativa será accesible de una u otra manera por cualquiera con una conexión a Internet.
El punto anterior entronca con el carácter no permisionado de las redes blockchain públicas -al utilizar principalmente Ethereum como base, las aplicaciones DeFi se benefician de este atributo. No hay reguladores que te digan lo que puedes o no puedes crear, ni farragosos procesos burocráticos para acceder a los servicios como usuario. Estos últimos, simplemente tendrán que descargarse un monedero, depositar un poco de ETH, y ya podrán empezar a interactuar -de forma directa, sin intermediarios- con todo un ecosistema de aplicaciones financieras descentralizadas.
Un ecosistema que se beneficia enormemente de su carácter interoperable -lo que significa que las aplicaciones pueden montarse de forma modular, agregando protocolos diseñados para funciones específicas, como si de piezas de lego se tratara. A esta propiedad de los smart contracts DeFi se la denomina en inglés "composability" -componibilidad.
A ello hay que sumarle la enorme flexibilidad desde un punto de vista UX. Si no te gusta la interfaz gráfica de una dapp concreta -pero sí su funcionalidad-, es probable que encuentres alternativas que utilizan los mismos protocolos base y, por lo tanto, ofrecen exactamente los mismos servicios. Si no es así, siempre tendrás la opción de crear tu propio front-end de forma rápida y sencilla -y es que, al final, los smart contracts encargados de la lógica operacional del ecosistema DeFI, son algo así como APIs que permiten a cualquiera crear su propia aplicación.
El espectro de la descentralización
Cuando se habla de DeFi tiende abusarse del concepto "descentralización", sin tener en cuenta que no se trata de una categoría absoluta -sino que forma parte de un espectro. Los protocolos de tipo DeFi presentan diversos grados de descentralización, porque lo cierto es que no todos los componentes de una aplicación pueden o deben descentralizarse por completo.
Tomemos como ejemplo el caso de las stablecoins -monedas estables ligadas a la cotización de una divisa tradicional-, uno de los productos más populares del universo DeFi. Existen muchos tipos de stablecoins, y ni todas son tan descentralizadas como DAI -la moneda estable colateralizada por ETH y otras monedas, que emite el protocolo MakerDAO-, ni necesitan serlo. Cada stablecoin presenta una proposición de valor única, que dependerá de una serie de decisiones a nivel de diseño técnico y económico -decisiones que comportarán optimizar ciertos aspectos, a expensas de otros. $USDC, por ejemplo, es una popular moneda estable emitida por Circle, que está respaldada por depósitos de dinero fíat -esto significa que por cada unidad de $USDC, habrá un dólar depositado en una cuenta bancaria de algún lugar. Obviamente, $USDC no será una stablecoin tan resistente a la censura como DAI -los depósitos bancarios que la respaldan pueden llegar a ser confiscados, a diferencia de lo que ocurre con ETH-, pero por contra, su diseño es muchísimo más escalable -es más fácil depositar dólares en una cuenta para emitir una moneda estable, que abrir posiciones de deuda colateralizadas con un 150% de ETH.
Pero la capacidad de tokenización del ecosistema DeFI no se limita a las stablecoins ligadas a la cotización del dólar, cualquier activo del mundo real es susceptible de ser representado digitalmente en la blockchain de Ethereum. El problema con estos tokens no fungibles, es que aunque pueden ser almacenados, transferidos o tradeados, no eliminan la necesidad de gestionar el activo físicamente o legalmente en el mundo real. Alguien podría tokenizar el alquiler de un piso, depositar los tokens que lo representan en un exchange descentralizado como Uniswap, y permitir a los inversores adquirirlos. Pero sin un apropiado marco legal -un contrato de alquiler, una cuenta que reciba cada mes los pagos del inquilino y un registro que vincule los derechos de dicha renta a los tokens-, se tratará de una inversión estéril y los compradores no podrán acudir a ningún tribunal para reclamar sus derechos en caso de disputa.
Por ello, aunque la premisa del ecosistema DeFi es proporcionar instrumentos de empoderamiento financiero para el ciudadano de a pie, viva donde viva y sea cual sea su estatus económico, debemos comprender que el movimiento no ha surgido en un vacío -existe un marco legal y situaciones en las que será necesario incorporarlo de un modo u otro, sobre todo, a medida que la tokenización de activos del mundo real se acelere.
Aplicaciones
El ecosistema DeFi está conformado por muchos tipos de protocolos y aplicaciones, algunos de los cuales comparten características con instrumentos de las finanzas tradicionales, pero eliminando la necesidad de intermediarios, la custodia centralizada de activos y las restricciones geográficas.
DEX: exchanges descentralizados
Un DEX es un exchange de criptomonedas, que en lugar de utilizar un motor de emparejamiento de órdenes alojado en un servidor central, se programa mediante smart contracts -los cuales se encargarán de ejecutar y liquidar los trades, empleando la blockchain como libro mayor contable. A diferencia de lo que ocurre en un exchange centralizado como Coinbase o Kraken, en un DEX no hay un operador, no se requieren procesos de registro y verificación de identidad -salvo que intervengan security tokens-, ni tampoco existe un servicio de custodia -el usuario tiene un control permanente de sus fondos mediante la clave privada.
Los protocolos de tipo DEX se dividen en dos tipos: los que se basan en libros de órdenes -y a menudo procesa parte de las mismas off-chain- y los que utilizan un modelo denominado Constant Product Automatic Market Maker -en lugar de utilizar libros de ordenes hay pools de loquidez que determinan el precio de forma algorítmica con una ecuación constante. Este segundo tipo de DEXs se ha vuelto muy popular, ya que es muy cómodo para la ejecución de intercambios simples de tokens (swaps), permiten a cualquiera convertirse en un proveedor de liquidez y poner a trabajar su capital, y porque toda la operativa se produce on-chain -lo que es imprescindible para otros protocolos que necesiten una fuente de liquidez que respete la atomicidad de los trades.
Entre los exchanges de este tipo más destacados -aunque cada uno con sus especificidades- figuran Kyber Network, Uniswap y Bancor. El mecanismo de Automated Market Making consta de dos smart contracts, y permite liquidar los trades de forma automática de manera muy cercana al precio de mercado -obviamente, en función del tamaño de la orden y del pool de liquidez.
Entre los protocolos de tipo DEX que utilizan libros de órdenes -y realizan parte de la operativa off-chain- podemos destacar a 0x y Loopring -este último permite a cualquiera montar su propio DEX mediante el uso de zk-snarks, una tecnología de tipo layer 2 que permite escalar la cantidad de transacciones que se procesan por segundo de forma muy notable.
Stablecoins
Las stablecoins -monedas estables- son una pieza fundamental del ecosistema DeFi, debido a la enorme volatilidad a la que se ve sometida la moneda nativa de Ethereum -ETH.
Una stablecoin, por definición, es una moneda diseñada para mantener de forma estable un determinado valor -generalmente, están ligadas a la cotización de divisas tradicionales, como el dólar o el euro. Existen diversos tipos de stablecoins: algunas están respaldadas por dinero fíat depositado en una cuenta bancaria, otras emplean algoritmos para ampliar o reducir de forma automática la oferta monetaria y así controlar el anclaje, y por último lugar, tenemos monedas estables colateralizadas mediante criptomonedas.
MakerDAO, uno de los proyectos más antiguos del ecosistema DeFi, ha adoptado este tercer enfoque. Su objetivo es emitir una moneda estable denominada DAI, anclada al precio del dólar y colateralizada mediante ETH y otras criptomonedas -a día de hoy BAT y USDC, aunque se esperan nuevas incorporaciones en breve.
El proceso de creación de la moneda pasa por la apertura de un CDP -una posición de deuda colateralizada. El mismo consiste en depositar ETH -o BAT o USDC-, para acuñar y retirar una cantidad máxima de DAI -que vendrá determinada por el porcentaje de colateralización que se exige a cada activo, en el caso de ETH, es de un 150%. Cuando un usuario quiera cerrar su CDP para recuperar su colateral, deberá devolver el DAI emitido -que será destruido- y pagar una pequeña tasa de interés -Stability Fee.
La ventaja de este tipo de stablecoins es que, al no contar con depósitos bancarios que respalden su valor, son altamente resistentes a la censura -una autoridad judicial puede congelar los fondos de una cuenta bancaria, pero no el ETH depositado en un CDP de MakerDAO.
Lending
El lending -la concesión y toma de préstamos de criptomonedas- es probablemente el sector del ecosistema DeFi que está creciendo a un ritmo más rápido. Como las cuentas de ahorro de los bancos, un usuario puede depositar sus cripto y generar un retorno, a partir de los intereses que pagan aquellos que piden préstamos.
Pero a diferencia de lo que ocurre en las finanzas tradicionales, los protocolos de lending no requieren de una autoridad central que actúe como operador, sino que son smart contracts los encargados de ejecutar la operativa. Los primeros protocolos de lending utilizarían modelos de tipo peer-to-peer -como ETHlend, en el que smart contracts se encargaban de emparejar al prestamista y al prestatrio. En la actualidad, se ha impuesto un modelo similar al de Uniswap -con pools de liquidez y ausencia de libros de órdenes- pero adaptado a las especificidades del lending. Un algoritmo ajusta de forma dinámicamente las tasas de interés, en base a la oferta y demanda de cada activo. Compound y Aave -una evolución de ETHlend- son los protocolos de este tipo más destacados.
Mención aparte merecen protocolos como dYdX, que son un híbrido -implementan opciones de lending pero enfocadas de forma específica al trading con margen y los perpetual swaps.
Activos sintéticos
Los protocolos y aplicaciones DeFi han llegado a tal nivel de sofisticación, que incluso permiten la emisión de derivados sintéticos. Un derivado es un contrato que deriva su valor del comportamiento del precio de un activo denominado subyacente -que puede ser un índice, una commodity o cualquier otra cosa. Mientras que un sintético es un instrumento financiero que simula el perfil de retorno/riesgo de cualquier instrumento financiero -a través de uno o más contratos de derivados.
Los criptoactivos sintéticos que emulan el precio de commodities como el oro, divisas tradicionales como el dólar o índices como el SP500, usan como colateral otras criptomonedas. Las plataformas o protocolos de este tipo más destacadas son Synthetix y UMA.
Mercados predictivos
Los mercados predictivos son mercados que especulan sobre el resultado de cualquier evento que pueda ser objetivamente verificable a posteriori. Al final, serían algo así como un conjunto de personas que crean un mercado y realizan apuestas respecto a elecciones presidenciales, eventos deportivos, precios de commodities, o cualquier cosa que se te ocurra.
En esencia, los mercados predictivos son como un contrato de derivados de acontecimientos, el precio de los cuales tenderá a reflejar con bastante precisión la probabilidad de que éste se resuelva en una u otra dirección -por lo que, como su nombre indica, en ocasiones se utilizan como herramienta predictiva.
Así, los posibles resultados de un mercado predictivo siempre cotizarán entre 0 y 1 -representando 1 la certeza absoluta de que el acontecimiento se resuelva en esa dirección, y 0 la certeza absoluta de que se resuelva en la contraria. Los protocolos más destacados de este tipo son Augur y Sight -de Gnosis.
Nuevas categorías emergentes
Cada día emergen nuevas categorías de protocolos y aplicaciones en el ecosistema DeFi, algunas completamente inusitadas.
Una de las que ha generado mayor tracción últimamente es PoolTogether, una lotería en la que los participantes tienen la oportunidad de ganar, pero nunca pierden. El funcionamiento es muy sencillo: los usuarios depositan la stablecoin DAI de MakerDAO en un bote común, que se coloca a generar intereses en el protocolo de lending Compound. Al final de cada periodo -dos semanas- se realiza el sortea y sale escogido un ganador, que recupera el DAI que haya depositado más los intereses que el bote común haya generado en Compound. El resto de participantes simplemente recuperarán sus DAI -es decir, que el único coste a que harán frente es al de oportunidad que implica dejar tu capital paralizado en PoolTogether, en lugar de generando intereses en otro lado.
Otro campo que está en plena efervescencia en el ecosistema DeFi es el de las "coberturas" de riesgo -ya sea en relación con la fluctuación de los precios, o de naturaleza técnica. Contratar una cobertura significa pagar una prima para que, en caso de que nuestra posición se vea afectada por un súbito cambio de precio -como resultado de un incremento de la volatilidad del mercado-, o sea víctima de un hackeo -debido a un fallo de la aplicación donde está hecho el depósito-; no suframos pérdida alguna de fondos.
Existen básicamente dos aproximaciones a este fenómeno:
Mutuas: son protocolos que siguen el modelo de las cooperativas de seguros mutualizados, pero adaptadas a los nuevos tiempos gracias a la tecnología blockchain. Principalmente, actúan como coberturas para casos de hackeos que se deban a fallos de índole técnica -bugs en los smart contracts- en protocolos y aplicaciones. El ejemplo más destacado de este tipo de propuestas es Nexus Mutual, una mutua que sólo vende coberturas para pérdidas derivadas de fallos en smart contracts. Nexus Mutual utiliza un sistema similar al de Uniswap, con unos proveedores de liquidez que obtienen como retorno los excedentes que se generan de la venta de coberturas.
Opciones: el otro modelo funciona como las opciones (options) tradicionales. Si crees que tu portafolio puede verse afectado por una gran volatilidad y una caída del precio, puedes compra una opción "put" -pagando una prima- que te garantiza un precio "strike" de venta sin importar cual sea el precio "spot" del mercado en el momento de vencimiento del contrato. El ejemplo más destacado de esta segunda variante de coberturas son Opyn y Hegic.
Legos monetarios en acción
Lo interesante de todas estas aplicaciones que actualmente están floreciendo en el ecosistema DeFi, es que no funcionan como silos. No se trata de protocolos estanco, sino que, de manera similar a la blockchain en que se alojan -Ethereum-, son de naturaleza abierta y no permisionada.
Esto significa que podrás reunir varios de estos protocolos -como si fueran piezas de Lego- y construir con ellos aplicaciones complejas que involucrarán distintos tipos de operaciones. Imaginemos por ejemplo una operativa que comporta realizar un swap, seguido de un depósito en un protocolo de lending que genere intereses sobre el capital -se trata de dos operaciones independientes, por supuesto, pero la naturaleza "componible" del ecosistema DeFi hará que el usuario final las perciba como si de una sola se tratara.
cDAI, el token que los depositantes de DAI en el protocolo de lending Compound obtienen como garantía de su depósito, es un ejemplo perfecto de un "Money Lego" en acción:
Por un lado, intervendrá DAI -que es la moneda estable generada por el protocolo MakerDAO a través de posiciones de deuda colateralizadas mediante ETH. Los tokens de DAI serán depositado en Compound a través de la interfaz de dicho protocolo o de cualquier wallet o agregador de DeFi que lo integre. Compound emitirá una cantidad de tokens cDAI -estables como DAI, pero generadores de intereses- proporcional al capital depositado, y automáticamente, éstos podrán empezar a ser tradeados o usados como colateral en otros protocolos o aplicaciones.
Esta propiedad del ecosistema DeFi -la componibilidad, o en inglés, "composability"- augura un brillante futuro para el mismo. Y es que no sólo facilita y agiliza para los desarrolladores el proceso de diseño/despliegue de los protocolos, sino que, más importante aún, permite abstraer toda complejidad a nivel de experiencia de usuario, logrando que sofisticados productos financieros se conviertan en aplicaciones aptas para retailers.